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Foto del escritorMaría Paz Serra

El Tiempo Filosofico en About Time 2 (Mike Figgis)

Actualizado: 4 abr 2018

Ten Minutes Older: The Cello

Mike Figgis: “About Time 2”

La siguiente interpretación del cortometraje “About Time 2” será a partir desde el punto de vista artístico del mismo, y de cómo dichas características proporcionan diversas connotaciones psicológicas. Por lo tanto, se tomará como base bibliográfica el libro “Sobre el tiempo” Grupo Indij; capítulos “El tiempo y el Arte”, y “Tiempo y Psique”.

El cortometraje seleccionado presenta una multiplicidad de lecturas y reflexiones, por ello, partir sobre tres ejes de análisis: Sintáctico, Narrativo y finalmente Simbólico, respectivamente.

Análisis Sintáctico

La obra se dispone en su totalidad, presentando, en el mismo cuadro, acciones simultaneas, que suceden en distintos espacios pero en un mismo tiempo. Esta técnica es denominada “Split Screen” y consiste en la fragmentación del plano, en este caso, en cuatro partes iguales.[1]

Cada uno de estos planos se compone por plano secuencia, es decir, fragmentos rodados en continuidad ininterrumpida. Podríamos decir entonces, que la relación de duración entre el tiempo de la historia y del relato es igual. En palabras de Claudia Kozak, corresponde a una característica propia del arte del siglo XX “lo que podemos entender como la conquista de la ubicuidad, (…) una conquista del presente (…) una anulación de la línea temporal por superposición de planos espaciales”; que remite a las aspiraciones de un tiempo presente en simultáneo.[2] Estos planos proveen además, la multiplicidad de puntos de vista, ya que se nos presenta un mismo lapso temporal representado a través de cuatro personajes o incluso la propia autonomía de la cámara. En este último caso se evidencia la instancia enunciadora del relato, poniendo en crisis al modelo clásico narrativo.

Estas dos características artísticas (Uso del Split Screen y Planos Secuencia) componen la macro estructura del film, evidenciando el cuestionamiento del director hacia la temporalidad.

En cuanto al espacio, todos los planos se sitúan en diferentes decorados de una misma locación, recorriendo junto a los personajes una y otra vez los mismos espacios, pero en diferentes momentos de la temporalidad lineal de la obra.

El sonido, por su parte, esta trabajado a través de la manipulación de los planos sonoros que respetan a uno solo de los cuatro planos viduales, en diferentes momentos del film. Sin embargo, un único elemento sonoro, el reloj, suena con igual intensidad en todos los planos visuales. A través de esta articulación sonora, se pierde el sentido de ubicación espacial para el espectador, poniendo en crisis la identificación el protagonista de la obra.

Todos estos quiebres corresponden al llamado “cine experimental” o “de vanguardia” que usualmente se encargan de reflexionar sobre el propio medio cinematográfico. A lo que se suma, en este caso, una reflexión sobre la cuestión filosófica del tiempo.

Análisis Narrativo y Simbólico

Luego de un primer visionado del film, el espectador se encuentra ante la historia de un hombre treintañero, Mark, que luego de escribir una especie de guion, se ve inmerso en los recuerdos que le proporcionan las diferentes salas de la que parece haber sido su casa años atrás. En el transcurso del relato, Mark se encuentra consigo mismo en su niñez y en su temprana adultez, interviniendo en su propia memoria.

Como vemos, el argumento en sí mismo realiza un quiebre de la temporalidad lineal occidental, en el cual “un menudo cambio en el pasado puede alterar todo el presente o bien aquellos sectores del presente que incumben en especial modo al personaje”[3]. En otras palabras, la historia es una síntesis disyuntiva. A diferencia del presente continuo generado por los planos secuencia, el presente del personaje se constituye de su intervención en el pasado, lo que podrá tener, o no, consecuencias en su futuro. Esta situación del personaje podría circunscribirse en el concepto de tiempo propuesto por Capek, el cual supone “al tiempo como una inmensa alucinación crónica de la mente humana. Hay realmente pocas experiencias que puedan considerarse atemporales (…) la vida pasando delante de tus ojos en un momento de peligro extremo (…) esta es una de las escasas y breves situaciones lo bastante intensas como para escapar de la insistencia del tiempo”[4], o del orden cronológico y lineal preestablecido en la sociedad occidental. El cortometraje presenta a la temporalidad del sujeto, en simultáneo con el devenir de su propia existencia; el sujeto interviniendo en el encadenamiento de recuerdos de su propia memoria, alterando la trama de la vida propuesta por Fanny Blanck-Cereijido.

La simultaneidad de las acciones presentadas en los diferentes bloques de la pantalla presenta una nueva realidad, a la vez que dificulta el visionado del film, ya que no sabemos a cuál de los cuatro bloques llevar la atención.

Es destacable además, la utilización de planos metafóricos constantes, entre los cuales podemos distinguir un largo pasillo iluminado solo al final, o una escalera ascendente hacia la luz: ambas evocando un camino hacia el final, o lo que podríamos interpretar como el camino hacia la muerte de nuestro personaje. Siguiendo esta línea de interpretación, podríamos deducir que ante una situación conclusiva de su vida, el personaje ingresa en una retrospectiva de momentos culmines en su vida. Esto alude a lo onírico, aquello que Freud reconoce como “el reemplazo de frecuencia del mismo acto que se repite en el tiempo, por la multiplicación de los semejantes”. En otras palabras: “el tiempo se reduce a momentos que coexisten simultáneamente haciendo inconcebible todo desarrollo temporal (…) la repetición de lo mismo en el tiempo no podría, entonces, estar significada más que por la repetición de lo mismo en el espacio, sin embargo, siempre que se produce la elaboración onírica, esta transforma las relaciones temporales en relaciones espaciales y las hace aparecer como tales. En el curso del sueño vemos escenas pertenecientes a un pasado lejano.”[5]A través de esta postura, nuestro film claramente pertenece a una construcción onírica del protagonista, en el cual los recuerdos más lejanos de su pasado se ven “ espacializados”, adjudicando cada recuerdo a un decorado diferente de la casa en la que se encuentra.

Otra metáfora se evidencia en la simultaneidad del plano que muestra a Mark teniendo relaciones con la joven, y la conversación de los ancianos conjuntamente con el juego de los niños, los cuales reflexionan y recrea la Segunda Guerra Mundial. Incluso mientras oímos el dialogo “ha estallado la guerra”, vemos como la pareja, en otro de los planos, comienza el acto sexual. Este tipo de dicotomías evidencia la ideología del director, ubicando al mismo nivel un acontecimiento trágico e histórico, con la necesidad biológica y sentimental de la raza humana.

Otro elemento relevante, es la representación de los únicos dos personajes pertenecientes a la tercera edad, con cuerpos humanos y rostros ubicados en una pantalla de tv. Con esta representación, además de criticar a la edad anciana, podríamos deducir que el director propone una visión estandarizada, automática y artificial de la mente humana llegada esa etapa de la vida. Al mismo tiempo, esto representa una reflexión meta discursiva del propio medio audiovisual, ya que igualar un tv con una cabeza humana, podría llegar a proponer una idea del medio como inherente al sujeto. La meta discursividad se ve explicita también, al inicio del cortometraje, cuando vemos en un plano lo que parece ser una película en blanco y negro, y en otro, a Mark “tocando” la proyección de esa misma película.

La manipulación cromática de los planos, utiliza sistemáticamente los efectos del blanco y negro y sepia, en determinados momentos para reforzar la idea de pasado, ya que dichos efectos constituyen en los conocimientos inconscientes sobre el medio audiovisual la idea de que “aquellos planos que presenten este tipo de tratamiento pertenecen a una etapa previa al presente del relato”. Incluso se llega a utilizar una variación cromática “solarizada” que remite a los cuadros de la corriente del Pop Art, la última vez que vemos al protagonista, lo que podría considerarse como la afirmación de que este se encuentra en un estado onírico.

Finalmente, en el último minuto de este film, se ve gráficamente una oposición entre los personajes femeninos y masculinos; ya que en los dos cuadros superiores, observamos a los que serían el padre y la madre de Mark, y exactamente debajo de ellos, la figura de Mark “solarizada” y la fotografía de la joven. En estos últimos planos se contraponen las diferentes materialidades de la imagen (tv, fotografía analógica, y “realidad”), al tiempo que presentan la dicotomía entre diferentes etapas de la vida humana.

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Para concluir, podemos pensar que la temporalidad se ve cuestionada en cada uno de los niveles estructurales del relato: Temporalidad de la película en blanco y negro, Temporalidad escatológica del Protagonista (En sus presentaciones como niño, joven, adulto), Temporalidad Histórica (Alusión a la 2° Guerra Mundial), Temporalidad Lineal Sintáctica de la totalidad del Cortometraje (a través de Planos Secuencia), y simultanea (a través del Split Screen), y, por último, la temporalidad del Relato, que pertenece a un tiempo Onírico del protagonista.

En otras palabras, Figgis nos presenta la temporalidad de la vida, desde la niñez hasta la tercera edad, de forma condensada en diez minutos; La expone en cuatro realidades simultáneas que transgreden los umbrales del tiempo; Realiza una gran metáfora acerca del proceso escatológico del ser humano y sus sentimientos más habituales e indispensables (familia, amor, guerra, sexo) en el momento previo a su muerte, y finalmente da cuenta de las variaciones temporales que conviven en nuestro mundo, a través de una multiplicidad únicamente posible a través del medio audiovisual cinematográfico contemporáneo y sus medios técnicos, los cuales permiten la simultaneidad interactiva, o lo que es mismo, la verdadera manipulación del tiempo.

[1] Neira Piñeiro, M. Introduccion al discurso narrativo fílmico. Madrid:Arco Libros, 2003


[2] Grupo Indij. Sobre el tiempo. Buenos Aires: La marca editora, 2008. Capitulo “el tiempo y el arte” . Claudia Kozak


[3] Grupo Indij. Sobre el tiempo. Buenos Aires: La marca editora, 2008. Capitulo “El Tiempo y el Arte”. Pablo Capanna


[4] Grupo Indij. Sobre el tiempo. Buenos Aires: La marca editora, 2008. Capitulo “Tiempo y Psique”. John Zerzan


[5] Grupo Indij. Sobre el tiempo. Buenos Aires: La marca editora, 2008. Capitulo “El Tiempo y el Arte”. M.Sami-Ali

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